viernes, 21 de agosto de 2015

LA GRAN ESTAFA

Todo se remonta hace dos años atrás, el clima estaba nublado como si en cualquier momento empezara a lloviznar (PeRtUrBaDoR) yo me dirigía al supermercado chino más cercano, ¿el objetivo? Una pelotudez: comprar una maquinita de afeitar, una Gillete Prestobarba de triple hoja.

Entré al superchino, me pasé mirando las góndolas como un tonto varios minutos, hasta que me di cuenta que las maquinitas de afeitar se hallaban adelante donde están los cajeros para atenderte (que torpeza). Agarré una Gillete, valían $12 cada una. Le pagué con un billete de $20 al cajero, que era un joven de mi edad aproximadamente, de cara rubicunda llena de granos, con aparatos en los dientes y con el cabello rapado. Me dio el vuelto (eran $8 en cuatro billetes de dos), noté que uno de los cuatro billetes con la carita de Mitre estaba bastante roto y feo, le dije al cajero que me lo cambie por uno en mejor estado, ya que no era muy agradable portar algo tan anti estético en mi bolsillo. El joven granuliento me miró raro al decir aquellas palabras, como que no se decidía a hacerme caso. Entonces lo miré a los ojos con cierto enfado y lo apuré: "¡Dale cámbiamelo!". El joven nervioso (no se si de miedo hacia mi o qué) saca de la caja registradora otro Bartolomé Mitre y me lo da, pero el muy tonto no se percató que me había dado un billete de dos pesos extra (le había provocado terror psicológico). Rápidamente escondí el dinero así no se daba cuenta de su estupidez. "¿Todo bien , señor?" me dijo, le respondí que estaba todo en orden, le agradecí el cambio y me despedí de él mientras me reía para mis adentros.

Salí del supermercado lentamente, como si no hubiera ocurrido nada, pero estaba disfrutando de mi picardía, no podía contener mi gran emoción. En un asado posterior se lo conté a mis amigos, ellos felicitaron mi astucia.


(Descripción de un estador)


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